Luego de que se haya descubierto el caso de los pagos excesivos que percibía su secretaria Liz Paola Duarte, el contralor se llamó a silencio y no ha emitido opinión con respecto a todos los presuntos hechos irregulares que sacuden a la Contraloría.
El lema de la propia CGR es “promovemos el manejo transparente del patrimonio público”; sin embargo, los datos que cada día van saltando referentes a los manejos de los recursos a la hora de asignar salarios a los funcionarios poco y nada le hacen honor.
En el propio informe que remitió la CGR a la Secretaría de la Función Pública (SFP) se constata la cantidad excesiva de horas extras que se le computaban a la secretaria vip.
Tal es el caso, que en el mes de febrero Duarte Meza llegó a percibir poco más de G. 17 millones en concepto de 231 horas extras y adicionales, pese a que en 12 de los 20 días hábiles del mes la misma estuvo de vacaciones por el Brasil.
Los miembros de su gabinete Horacio Coelho, Lorena Serrán y Reinaldo Gadea también presentaron su renuncia cuando se descubrió que cobraban montos millonarios en concepto de supuestas horas extras.
La fiscala de Delitos Económicos, Victoria Acuña, pidió informes sobre la secretaria vip, los miembros del gabinete del contralor y, la semana pasada, amplió la investigación solicitando informes acerca de los compañeros de un equipo de fútbol amateur del contralor, que ingresaron a ocupar cargos de “técnicos”, sin siquiera contar con títulos profesionales.
La Cámara de Senadores aprobó la semana pasada una resolución por la cual instaba a los diputados a que inicien los trámites para un juicio político al contralor.
Asimismo, se realizaron manifestaciones frente a la casa de Velázquez Gadea por parte de integrantes de la Coordinadora de Abogados y miembros del sindicato del trabajadores de la CGR.
El viernes último, más de 300 personas se manifestaron por varias calles de Asunción con una marcha en la que exigieron que el contralor dimita al cargo.