25 abr. 2024

¿Cuánto cuesta un mal juez?

Guido Rodríguez Alcalá

Esta es una pregunta muy difícil de contestar. Hace ya algún tiempo encontraron en la computadora de un magistrado judicial una tarifa de las coimas. Ese hallazgo venía a ser como la piedra Rosetta, el documento que permitió descifrar la escritura de los jeroglíficos egipcios. Sin embargo, como estamos en el Paraguay, nuestra Rosetta desapareció enseguida y, a partir de entonces, los muchachos se han vuelto más cuidadosos, dificultando la tarea del coimólogo (investigador de pagos solapados).

Aunque no se pueda determinar con exactitud, ni en dólares ni en guaraníes, el precio de la mala justicia, podemos suponerlo abultado. Recorriendo el estacionamiento del Palacio de Justicia, uno encuentra un parque automotor asombroso. Algunos funcionarios serán ahorrativos como el finado Andrés Rodríguez, quien se construyó una casita con sus ahorritos, pero cuesta creer que todas las camionetas de lujo del PJ hayan tenido ese origen.

Stroessner nombraba a dedo a sus jueces, pero no teníamos que pagarle por eso. Ahora, para nombrar a un corrupto, debemos pagar 178 sueldos, los de los 178 asalariados del Consejo de la Magistratura, el encargado de los nombramiento (información oficial de 2014, los empleados pueden ser más en 2017). El Poder Judicial no ha mejorado mucho desde los tiempos de Stroessner, y con esto no pretendo justificarlo a Stroessner, que reprimía extrajudicialmente; lo que quiero decir es que no tenemos que pagar por la mala justicia; si nos van perjudicar de cualquier manera, que nos perjudiquen gratis o, por lo menos, que bajen la tarifa, porque la del Consejo ha subido demasiado.

El hermano mellizo del Consejo es el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, creado para destituir a los malos magistrados; en teoría, porque hace poco lo apartaron del Consejo al senador Adolfo Ferreiro, para seguir manejando el asunto inter amicos. Bueno, en realidad el Consejo y el Jurado no son mellizos, porque el Jurado tiene unos 300 asalariados. Supongo, porque no se publican ni la lista de los empleados ni sus sueldos, por mucho que proteste la Coordinadora de Abogados del Paraguay, que les sigue el rastro a los G. 845 millones destinados a pagar abogados contratados por el Jurado: no se duda de que sean contratados; simplemente, se duda de que no sean contratados para las elecciones, con que vendrían a ser contratados ad hoc, que un diputado decía “hot dog”.

300 se llama la película sobre los 300 soldados griegos que murieron para detener a los invasores persas de la patria. Los 300 del Jurado no son guerreros antiguos sino mayoritariamente paraguayitos del nuevo rumbo: no se preocupan demasiado si le meten goles a la patria. Con un presupuesto de G. 30.000 millones anuales, su mesa directiva se reunió 30 veces en un año, ¡menos mal que no sesionaron todos los días, porque cada reunión vino a salirnos G. 1.000 millones! Considerando que 30.000 dividido 3 son 10.000 (millones en este caso), por suerte destituyeron solamente a tres magistrados.

Algunos culpan a la Constitución, que creó el Consejo y el Jurado. No culpemos a la Constitución, porque la perrada es a prueba de constituciones: si por aquí aparece Moisés con su Decálogo, le van a judicializar sus mandamientos.