25 abr. 2024

Corte no debe seguir avalando descontrol del dinero público

La chicana jurídica a la que recurren más de 100 instituciones, incluyendo a municipios, gobernaciones, ministerios y a la propia Corte Suprema de Justicia y la Justicia Electoral, para evitar ser auditadas en el uso del dinero público por parte de la Contraloría, no solamente es una burla al sistema de control republicano dispuesto en la Constitución, sino una afrenta a la ciudadanía. ¿Qué tienen que ocultar para que con una acción de inconstitucionalidad logren evadir a la Contraloría y opten solo por el aval del Tribunal de Cuentas? Que el máximo organismo de Justicia en el país sea cómplice y también protagonista de esta irregularidad contribuye muy poco a la honestidad y a la transparencia en el manejo del erario público.

Ya son más de cien las instituciones públicas que han presentado recursos de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) –y las han obtenido– para evitar someter a las auditorías de la Contraloría General de la República (CGR) sus respectivos ejercicios fiscales, quedando solamente sometidas al aval del Tribunal de Cuentas.

En esta larga lista de las instituciones que han logrado escapar al control de la CGR se encuentran numerosos municipios, gobernaciones, ministerios, incluyendo a la Justicia Electoral y a la propia Corte Suprema de Justicia, que así no solamente se vuelve cómplice de esta maniobra, sino que también se acoge a la misma.

La Contraloría ha sido creada por la Constitución Nacional para encargarse del “control, la vigilancia y la fiscalización de los bienes públicos y del patrimonio del Estado, los de las entidades regionales o departamentales, los de las municipalidades, los de la banca central y los de los demás bancos del Estado o mixtos, los de las entidades autónomas, autárquicas o descentralizadas, así como los de las empresas del Estado o mixtas”, según se establece en el artículo 283 de la Carta Magna, además de ocuparse de controlar la ejecución del Presupuesto General de Gastos de la Nación, entre otras funciones.

Sin embargo, esta función constitucional está siendo olímpicamente evadida a través de una chicana jurídica que viene siendo utilizada cada vez en forma más masiva, presentando una serie de acciones de inconstitucionalidad contra los artículos 1, 2 y 3 de la Ley N° 2248/2003, que resta atribuciones del Tribunal de Cuentas, Segunda Sala, para controlar las ejecuciones presupuestarias de los organismos del Estado. Según un informe de la Dirección Jurídica de la propia Contraloría, más de 100 instituciones han recurrido a esta argucia y han logrado que la Corte haga lugar a los pedidos de inconstitucionalidad, autorizando a que se sometan solo al Tribunal de Cuentas y no a la Contraloría. La propia Corte se benefició de esta misma argucia y no permite el control de la CGR.

Lo que sucede en la práctica es que se autoriza a un organismo que no fue creado por la Constitución, sino por una ley, como el Tribunal de Cuentas, y se desconoce el rol constitucional de otra, como la CGR. Es una argucia que permite evadir un control estricto, ya que la Contraloría generalmente escapa al manejo del sector oficialista en el Gobierno, mientras el Tribunal de Cuentas es manejado por el mismo grupo político en el poder. De este modo, que el máximo organismo de Justicia, como es la Corte Suprema, sea cómplice y también protagonista de esta irregularidad contribuye muy poco a la honestidad y a la transparencia en el manejo del erario público.

Más contenido de esta sección
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.
Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.
La violencia contra las mujeres es una preocupante realidad en el Paraguay. En este Día de la Mujer Paraguaya debemos recordar los datos de las instituciones que señalan que, pese a las leyes, los casos de violencia en el hogar y los casos de feminicidio no disminuyen. Estamos lejos de ser una sociedad que respeta y valora las capacidades de las mujeres; prueba de ello es el aumento en el último año de la violencia política. Este es un indicador del largo camino que nos falta andar para ser una sociedad verdaderamente democrática.