Un ciudadano coreano no encontró otra alternativa, según declaró, que escapar de su país e instalarse en Paraguay para librarse de la prisión tras haber dado positivo a la prueba de alcotest en un control de rutina en su nación de origen.
Mediante un trabajo de inteligencia la Interpol logró detenerlo este jueves. El hombre está casado con una paraguaya, tiene cuatro hijos y vive de manera precaria en la ciudad de Ypané desde hace un tiempo. Es la primera vez que pisa suelo guaraní.
El detenido fue identificado como Tal Sun Yun. Fue aprehendido en la mañana de este jueves mediante un operativo policial desarrollado en la zona del Mercado 4. En el sitio se dedica a vender chipa y gaseosas en la vía pública, testificó.
El ciudadano extranjero era buscado internacionalmente por haber sido sorprendido en agosto del año 2014 tras dar positivo al alcotest. La prueba arrojó como resultado 0.133 m.g/l de alcohol en la sangre, lo que representaría la ingesta de al menos seis vasos de bebida alcohólica.
Los expertos en criminalistíca del Paraguay comentaron que en Corea conducir ebrio es un hecho sumamente grave y que la pena es de dos años y dos meses de cárcel.
En contacto con Telefuturo, el ciudadano reconoció que cometió tal crimen y que decidió viajar a Paraguay para escapar de la condena. Actualmente mantiene a cuatro hijos y a su esposa mediante el trabajo de vendedor ambulante, dijo.
Ahora, el detenido pasará a guardar reclusión en una penitenciaría a definir mientras que la Justicia tiene 30 días para extraditarlo a su país y para que cumpla con la pena carcelaria ahí.