En El Cairo, el sábado por la noche, el papa copto Teodoro II presidía una misa en la catedral de San Marcos, una ceremonia que se prolongará toda la noche y parte de la madrugada del domingo.
Para poder acceder al recinto de la catedral, los fieles tuvieron que pasar tres detectores de metales. El edificio estaba vigilado por numerosos policías y, en las calles adyacentes, el tráfico estaba cortado. La Iglesia copta anunció que las celebraciones de Pascua se limitarían a una simple misa a la vista de las circunstancias actuales y en solidaridad con las familias de las víctimas. El Gobierno egipcio instauró el estado de emergencia, al día siguiente de los dos atentados suicidas que causaron 45 muertos y fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Para los coptos, los cristianos de Egipto, la fiesta de Pascua es, junto con la Navidad, la fecha más importante de su calendario.
“No habrá adornos en las iglesias y las salas reservadas normalmente a los fieles que quieran felicitar la pascua permanecerán cerradas”, declaró un responsable del patriarcado copto. En vez de la tradicional felicitación de Pascua del domingo por la mañana, los fieles visitarán a las familias de las víctimas y heridos. AFP