Aunque Temer es considerado un “golpista” por el PT al asumir el poder tras el impeachment a Rousseff, Lula lo recibió cordialmente e incluso aprovechó la ocasión para hacerle algunas observaciones políticas a pesar del doloroso momento personal. Según publicaron varios medios, el líder izquierdista criticó la propuesta del actual presidente para reformar el sistema de pensiones en medio de la grave recesión nacional, le recomendó potenciar el consumo interno en vez de promover medidas de austeridad y le tendió la mano para seguir conversando.
“En este momento de desavenencias tan profundas, la muerte de Marisa posibilitó esos encuentros y la voluntad de que se converse más sobre Brasil”, destacó en el velorio el ex senador y cofundador del PT Eduardo Suplicy.
El cuerpo de la ex primera dama, puntal de Lula desde sus años de lucha contra la dictadura, fue cremado en un acto reservado a la familia.