19 abr. 2024

Contar con la Cruz

Hoy meditamos el evangelio según San Mateo 16, 21-27.

Pensando solo con una lógica humana, es difícil de entender que el dolor, el sufrimiento, aquello que se presenta como costoso, pueda llegar a ser un bien. Por una parte, la experiencia nos muestra que esas realidades, que tantas veces vamos encontrando a nuestro paso, nos purifican, nos enrecian, nos hacen mejores. Y por otra parte, sin embargo, no estamos hechos para sufrir; aspiramos todos a la felicidad.

La fe, sin embargo, nos hace ver, y experimentar, que sin sacrificio no hay amor, no hay alegría verdadera, no se purifica el alma, no encontramos a Dios. Es el «libro vivo, del que aprendemos definitivamente quienes somos y cómo debemos actuar. Este libro siempre está abierto ante nosotros». Cada día debemos acercarnos, y leerlo; en él aprendemos quién es Cristo, su amor por nosotros y el camino para seguirle. Quien busca a Dios sin sacrificio, sin cruz, no lo encontrará.

El papa Francisco, a propósito de la Cruz, dijo: “¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros?” Para explicar a los fieles las palabras de Jesús cuando dice “el que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. “No se trata de una cruz ornamental, o ideológica –dijo Francisco–, sino es la cruz de la vida, es la cruz del propio deber, del sacrificarse por los demás con amor,, por los amigos, por los enemigos; la cruz de la disponibilidad a ser solidario, a comprometerse por la justicia y la paz”.

El Papa recordó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro que “Jesús, mediante su Santo Espíritu, nos dará la fuerza de ir adelante en el camino de la fe y del testimonio: hacer aquello en lo cual creemos; no decir una cosa y hacer otra. Y en este camino siempre está cerca de nosotros y nos precede la Virgen: dejémonos tomar de la mano por ella, cuando atravesamos los momentos más oscuros y difíciles”.

En su reflexión, el papa Francisco dijo que el Evangelio de este domingo también “nos llama una vez más a confrontarnos, por así decir, ‘cara a cara’ con Jesús”. Por ello, ante la pregunta que hace a los apóstoles: “¿Quién dice la gente que soy yo?”; estos le responden: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”.

Sin embargo, lo que más interesa a Cristo es qué piensan los apóstoles y por ello les pregunta: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. “Enseguida, a nombre de todos, Pedro responde: ‘Tú eres el Mesías de Dios’, es decir: Tú eres el Mesías, el Consagrado de Dios, enviado por él a salvar su pueblo”.

“Así Jesús se da cuenta que los doce, y en particular Pedro, han recibido del Padre el don de la fe; y por esto inicia a hablar con ellos abiertamente: ‘El Hijo del hombre –dice– debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día’”... “aquellas mismas preguntas hoy son propuestas a cada uno de nosotros: ¿Quién es Jesús para la gente de nuestro tiempo? Pero la otra es más importante: ¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros?

(Del libro Hablar con Dios, de Francisco F. Carvajal y https://www.aciprensa.com/).