El problema se origina en el asentamiento Sana Teresa del distrito de Abaí, departamento de Caazapá. Sus pobladores están apostados frente al inmueble y no quieren el ingreso de campesinos provenientes de otros lugares.
Es a raíz reubicación de 80 familias campesinas en el sitio de unas 2.500 hectáreas que pretende concretar el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), informó Telefuturo.
Los pobladores también tienen el apoyo de las parcialidades indígenas Aché y Mbya Guaraní como de los productores de la colonia María Auxiliadora que temen ser víctimas de invasión.
Los habitantes del asentamiento aseguran que defenderán “hasta con sus vidas” esas tierras que están trabajando hace más de 20 años.
Dijeron que no permitirán el ingreso de otros campesinos porque no saben cuáles pueden ser sus intenciones.