La crítica se dio durante la presentación anual Situación de la Educación en el Paraguay, que lanzó ayer este organismo asesor del MEC.
“Cuando tuvimos USD 23 millones con un crédito del BID, prácticamente dinero regalado, propusimos (Conec), que eso se dedicara a la formación docente. El ministro de entonces, Nicanor Duarte Frutos, creyó que era más importante invertirlo en Escuela Viva”, apuntó el religioso, quien formó parte igualmente del Consejo Asesor de la Reforma Educativa (CARE), en los noventa.
Su presentación siguió así: “Escuela Viva ha hecho algo, pero no ha tenido gran trascendencia o por lo menos, no se ven mucho los resultados”.
El programa. Escuela Viva, que ahora se encuentra en su segunda fase, se inició con la idea de disminuir la deserción escolar, lograr la permanencia y la culminación de la Escolar Básica. Cuenta además con un componente de infraestructura para las escuelas.
Abarcó a unas 1.000 instituciones educativas en sus inicios y hoy ya son alrededor de 3.000 las incluidas, en su mayoría rurales y de las zonas más vulnerables.
El padre Montero Tirado expresó además que el objetivo de invertir ese primer desembolso del BID en formación docente era porque durante la reforma educativa, no se hizo nada para la capacitación de los maestros.
ÚH consultó sobre este punto a la viceministra de Gestión Educativa del MEC, María del Carmen Giménez, y respondió que sí tuvo trascendencia en cuanto a la permanencia y a la mejor organización de escuelas en zonas vulnerables del país.
La ex ministra de Educación Marta Lafuente fue también una férrea defensora de este plan e incluso buscó reimpulsarlo luego de su estancamiento entre el 2010 al 2013, con lo que se llegó a más establecimientos.
“Realmente en infraestructura se avanzó poco porque siempre fue necesario un apoyo adicional por la condición en que se encuentra, pero ayudó bastante en la mejora de la calidad”, dijo la viceministra.