El fallo fue dictado en forma unánime por los jueces Gloria Hermosa, Elio Rubén Ovelar y Alba González, quienes declararon probado el abuso sexual en niños.
La fiscala Daniela Benítez y el abogado querellante solicitaron la pena de 6 años de encierro para la maestra, por hechos ocurridos en el 2010.
Por su parte, los abogados de la defensa, encabezados por Teresa Areco, requirieron al Tribunal de Sentencia la absolución de culpa y pena.
ARGUMENTOS. La jueza Gloria Hermosa dijo que de las evidencias surgen de que la niña de 5 años asistía al preescolar en una céntrica escuela y que la acusada era su maestra.
Refirió que por la conducta inadecuada que se vio en ella (besar a su primita y bajarle la bombachita), hizo que los familiares la llevaran a la sicóloga Celeste Báez.
La jueza afirmó que la sicóloga –que fue cuestionada por la defensa– en la cuarta o quinta sesión, relató todo lo que se trató en el juicio oral.
Alegó que la sicóloga aseguró que era imposible que una niña de 5 años pudiera relatar todo lo que contó si no tuvo esa experiencia.
Argumentó que la sicóloga del Ministerio Público, Lic. María Luisa Pérez, confirmó todo. Es más, dijeron que había un 100 % de certeza de que la niña fue abusada y que la autora fue la profesora.
La jueza también habló de la cámara Gessell que se hizo como anticipo probatorio, que ellos consideraban como la reina de las pruebas en casos de abuso. Alegó que todos vieron cómo la niña relataba la experiencia que sufrió.
BAÑITOS. También se refirió a las fotos donde se vieron los bañitos de las nenas y que coincidía con el relato. Habló de las secuelas para la víctima y que dependía de terapia para superar todo lo que le pasó.
“La señora era profesora. Esto es un agravante. Un niño se abre al mundo a través de ellas y si no confía en su primera profesora, es su profesora de prescolar”, acotó. Aseguró que la menor fue manoseada, besada en la boca con tal fuerza que lo recordó, y hasta le hicieron sexo oral. Con ello, coincidieron en que la pena sea de 5 años y medio. Revocaron las medidas y la enviaron al Buen Pastor.
“Yo solo presenté mi informe porque las niñas se estuvieron besando. Nunca sucedió. Por Dios, no pasó, juro por Dios, nunca, jamás”, se defendió la condenada tras el veredicto. La defensa apelará el fallo condenatorio.