25 abr. 2024

Condenado a 9 años el primer acusado de destruir patrimonio cultural en Mali

La Haya, 27 sep (EFE).- La Corte Penal Internacional (CPI) condenó hoy a 9 años de prisión al yihadista Ahmad Al Mahdi Al Faqi, alias “Abu Turab”, por la destrucción de bienes patrimonio de la humanidad en Tombuctú (Mali).

Los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI) entran en la sala para dictar una sentencia. EFE/Archivo

Los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI) entran en la sala para dictar una sentencia. EFE/Archivo

La condena tuvo en cuenta hasta cinco circunstancias atenuantes, incluida la admisión de culpabilidad de Al Mahdi, explicó al leer la sentencia el juez filipino Raul Cano Pangalangan.

El juez constató que el yihadista obedeció las órdenes del grupo terrorista Ansar al Din de destruir nueve mausoleos y una mezquita que eran patrimonio de la humanidad.

“Al Mahdi coordinó los ataques y dio instrucciones para su destrucción”, dijo el juez.

En particular, “se implicó activamente en el derribo de los mausoleos, así como en su supervisión”.

El juez subrayó que “todos estos eran objetivos religiosos, no militares”, lo que constituye un crimen de guerra según los estatutos de la CPI.

Al Mahdi, dice la sentencia, ejerció control sobre sus tropas a la hora de ordenar la destrucción de los edificios religiosos, reunió todas las herramientas necesarias para llevar a cabo esos ataques y después los justificó.

Entre las circunstancias atenuantes tenidas en cuenta a la hora de decidir la condena se incluye asimismo la colaboración con la Fiscalía, los remordimientos demostrados, las reticencias iniciales a participar en el derribo de los edificios y el “buen comportamiento” de Al Mahdi durante el juicio.

En particular, el juez que leyó la sentencia subrayó que el yihadista recomendó no destruir los mausoleos, pero que cuando recibió instrucciones de hacerlo, a pesar de sus reservas, obedeció las órdenes.

El tribunal valoró asimismo que Al Mahdi hiciera un llamamiento a otras personas, en particular a jóvenes musulmanes, para que no cometan crímenes como los que el ha cometido.

“Todos los cargos contra mí son precisos y correctos. Siento el daño que mis acciones han causado. Lamento lo que he hecho a mi familia, a mi país, a la comunidad internacional en su conjunto”, dijo Al Mahdi al inicio del juicio, el pasado 22 de agosto, al tiempo que aseguró “buscar el perdón, como a un hijo que ha perdido su camino”.

Esta admisión de culpa acortó la duración del proceso, que se cerró en apenas tres días, un factor que también fue hoy valorado por la CPI.

La Fiscalía y la defensa llegaron a un acuerdo el pasado agosto para pedir una pena comprendida entre los 9 y 11 años de prisión.

El condenado se comprometió a no recurrir la sentencia si la pena quedaba en esa horquilla de años.

La fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, destacó en el inicio del juicio el carácter “histórico” del proceso y la necesidad de imponer una pena adecuada “a la severidad de los hechos”.

La CPI consideró hoy que la admisión de culpabilidad de Al Mahdi, la primera ocurrida en la historia del tribunal, ayuda a esclarecer la verdad sobre los hechos y facilitar la reconciliación en Mali, y que supone a la vez un alivio para las víctimas.

El yihadista, tuareg nacido en una localidad a 100 kilómetros de Tombuctú, fue entregado a la CPI por las autoridades de Níger el 25 de septiembre de 2015, tras una orden de detención emitida por la corte contra él días antes.

En enero de 2012 comenzó en Mali un conflicto armado durante el cual la ciudad de Tombuctú estuvo bajo el control de varios grupos terroristas, incluido Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Ansar Al Din.

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