Estos trabajos se llevan adelante con financiamiento estatal y es la contrapartida local de la casi fallida licitación para la modernización de la terminal aérea, vía alianza público-privada (APP).
Mientras las autoridades de la Municipalidad capitalina negaron que hayan acreditado las obras de las lagunas, una nota que remitió el intendente Mario Ferreiro, el 29 de agosto del 2016, al ministro Ramón Jiménez Gaona, afirma lo contrario.
Los anexos que acompañaron la nota de Ferreiro aprobaron las construcciones civiles a ejecutarse tanto en el Itay y las lagunas, pero no las medioambientales, pues el Municipio recomendó que las mejoras del cauce del Itay lleguen “hasta el puente de Paso Ñandejára, sobre la ruta 3, por las llanuras de inundación extendidas entre el Aeropuerto y la mencionada ruta”. Desde el MOPC informaron que las obras que recomendó la Municipalidad aún no se ejecutarán.
Otro de los documentos que proveyó Obras Públicas tiene que ver con la autorización que otorgó la Secretaría del Ambiente (Seam) para las obras.
El ambientalista Luis Recalde sostiene que en gran parte del lugar a ser intervenido se encuentran árboles de especies como timbó, amba’y, yvyra pytã, entre otras.