“Tenemos una deuda histórica con el campo, con las zonas rurales y las mujeres rurales, no es casualidad que en todos los indicadores socioeconómicos las mujeres rurales estén peor que las mujeres urbanas. Hay muchos elementos que confluyen, como los regímenes de tenencia de la tierra, la falta de servicios en las zonas rurales y no debe de sorprender que haya un esfuerzo por reivindicar esos derechos en esas zonas”, dijo.
Señaló que existe un mandato en el contexto de los objetivos de desarrollo sostenible de “no dejar a nadie atrás” en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). “Si nos tomamos en serio lo que los objetivos de desarrollo sostenible dicen, de no dejar a nadie atrás, una prioridad es el mundo rural, así que hay que ir hacia allá”, expresó.
Habló de los prejuicios hacia estos sectores por falta de información, lo cual genera una dificultad para tener una lectura del mundo rural y produce discriminación, y en especial a las mujeres. Como referencia, señaló los datos de trabajo no remunerado, donde las campesinas realizan diversas labores a la vez que tratan de estudiar, todo esto sin reconocimiento ni remuneración. “Hay que pensar cuál es el esquema de apoyo que requieren las zonas rurales de América Latina”, señaló la directora regional de la ONU.
ACCESO. Respecto a los problemas puntuales de las mujeres rurales, Blanco señaló el acceso a los títulos de propiedad, donde apenas un 13% de las tierras adjudicadas pertenecen a personas del sexo femenino.
“Por un lado, hay programas de distribución de tierras esta- tales que no llegan a las muje- res, igualmente marcos legales como los regímenes ganancia- les de la familia, que no reco- nocen los derechos de las mujeres, también las prácticas culturales que atentan contra sus posibilidades de tener acceso a títulos de propiedad. El problema es que a través del acceso a la tierra es donde se posibilita otro tipo de derechos”, dijo.
Dijo que, con un título, una mujer rural podría acceder a créditos de extensión agrícola, así como el control de la producción. Por el otro lado, el no acceso a este derecho cierra muchas puertas y posibilidades de progresar.
Habló de programas importantes y leyes con reglamentaciones que buscan mejorar esta situación, pero que el problema principal es la aplicación de estas políticas desde las instituciones públicas.