Sin embargo, es improbable que la larga espera de las compañías estadounidenses termine pronto, ya que podrían tener que aguardar hasta dos años o más para despejar todo el escrutinio oficial, incluido el de los reguladores bancarios, y para superar una revisión de seguridad, además de cumplir con otras condiciones, dijeron las fuentes.
La iniciativa se conoce en medio de una creciente fricción económica entre China y EEUU, luego de que ambos países fracasaran en acordar nuevas medidas importantes para reducir el déficit comercial de EEUU con China.
Los operadores de redes de pagos de Estados Unidos han esperado por más de una década para tener acceso a China. Está previsto que el país asiático se convierta en el mercado de tarjetas bancarias más grande del mundo para el 2020, cuando se estima que el número de tarjetas en circulación aumente a 9.000 millones desde los 6.000 millones en el 2016. reuters