Es verdad que en el balance general al equipo de Mauro Caballero le costó el manejo de la pelota, Luqueño se mostró mejor en esa materia, por momentos tuvo chispazos de buenos juegos colectivos, especialmente por el sector derecho.
Es más, en la mejor de todas las conexiones, llegó el tanto magistral de Cristian Riveros, en una de las tantas leyes que maneja el fútbol... Era el mejor momento de Luqueño.
lectura. Mano derecha para Mauro, que leyó la situación y mandó a la cancha a Richard Ortiz para potenciar un mediosector que estaba siendo sobrepasado. El Decano se paró con una línea de cinco en la mitad de la cancha, potenció la marca, pero cada vez fue perdiendo fuerza en ataque.
En lo que respecta al Auriazul, es muy destacable el trabajo del equipo de Héctor Schonhuaser. Este muestra mucha movilidad, buena circulación de pelota, pero en esta ocasión no tuvo peso ofensivo. Es más, generó una sola clara de gol, la cual terminó en el empate de Adrián Fernández.
fortaleza. El Decano volvió a mostrar que su mejor sector es el defensivo, aunque de igual forma demostró no saber defenderse con la pelota. Despejes a cualquier lado, buscando a un compañero que siempre tuvo que pelear en inferioridad numérica.
Fernández y Mendoza le dieron frescura al franjeado, Núñez y Di Vanni no estuvieron en la sintonía de un equipo auriazul que, en su afán de buscar la victoria cometió un error defensivo. El Queso no perdonó y el final fue de fiesta en el Bosque.