7.500 de los 160.000 cocos del retablo de Francisco revolucionaron Asunción. En una maratón de colecta de intenciones, los pobladores de la capital y del área metropolitana formaron largas filas para estampar sus deseos e intenciones en el Seminario Metropolitano.
Niños, adultos y ancianos se convirtieron así en protagonistas activos del arte popular plasmado en la obra del artista Koki Ruiz, gestada en San Ignacio, Misiones, para adornar la visita del papa Francisco, y que llegó en la víspera en el predio de Ñu Guasu.
El fenómeno Francisco movió incluso a los enamorados a estampar declaraciones de amor eterno en los frutos de la tierra. Marcia escribió: “Basilio te amo”. Gregoria pidió por su familia “Prieto”.
La aglomeración fue tal que los interesados se turnaron para escribir sus mensajes. Enrique Ramírez, uno de los encargados de la actividad, pidió encarecidamente a las personas que lo hagan de forma ordenada y sin perder tanto tiempo, porque la demanda crecía cada vez más.
Para el recuerdo. Luego de escribir sus intenciones, la mayoría de las personas captó la imagen de su coco como recuerdo de la visita de Francisco. Los fieles pidieron bendiciones, otros salud y trabajo para sus conocidos. Con entusiasmo, Viviana Amarilla esperó su turno. “Hay un entusiasmo increíble”, dijo y aclaró que tiene una petición especial para Dios: “Mi papá es enfermo renal y mi mamá tiene fibrosis pulmonar, anda con oxígeno. Necesitamos las bendiciones del Papa”.
Varios participantes dejaron sus intenciones en más de diez cocos por pedido de otros, como Graciela Antonelli, que en un grupo de WhatsApp invitó a sus familiares a sumarse al emprendimiento. “Me pidieron por favor, y aquí estoy cumpliendo mi tarea”.
Desde que se empezó a armar el retablo de Francisco en San Ignacio, Misiones, la obra de arte generó un impacto y una adhesión nunca antes vista. La organización creó la comunidad “Altar de Maíz” en la red social Facebook, para recibir las intenciones del pueblo.
Los pedidos en línea superaron la expectativa y como se decidió ampliar unos metros el retablo, se dio la posibilidad a la gente de Asunción y alrededores de dejar en la víspera su nombre o sus peticiones al Santo Padre. La colecta de intenciones culminó con éxito pasadas las 14.00. Las planchas firmadas se unieron a la otra parte del retablo que arribó más tarde a Ñu Guasu.