Ante este panorama, las personas deben deambular en busca de sanitarios en todo el edificio, mientras que los inadaptados hacen sus necesidades en el patio. La falta de agua es otra de las quejas de las personas que acompañan a los enfermos internados en el hospital universitario. Las personas colaboran para la compra de agua embotellada.
El hospital de los pobres recibe diariamente 2.000 personas que son atendidas en los diversos servicios y mantiene 350 personas internadas. La alta demanda de pacientes hace que haya un sobreuso de los sanitarios, asegura el doctor Jorge Giubi, director del Hospital de Clínicas.
El titular de Clínicas salió al paso de las quejas de los usuarios y aseguró que existe un mal uso de los baños. Explicó que los sanitarios están taponados y los funcionarios deben proceder a poner en condiciones; por ello se procede a clausurar permanentemente para el mantenimiento.
Yerba, comida, pañales y hasta sábanas se extraen de los caños trancados, lamentó el doctor Giubi. “Los baños están siempre abiertos, no se cierra ningún baño. El problema que tenemos es que la gente mal utiliza; quitamos yerba, pañales; eso hace que se tranquen los baños y que estemos reparando constantemente. Eso hace que tengamos que clausurar los baños para hacer el mantenimiento”.
El director del Hospital de Clínicas apuntó que el problema no debe ser solo que no esté limpio, sino que es importante no ensuciar los sanitarios.
El drama no solo es el mal uso de la dependencia, sino que también hay robos y se destruyen los enseres. “Tratamos de educarles y de hacer bien las cosas. Los rollos de papel higiénico no duran ni 10 minutos; las tapas del inodoro se llevan. No hay economía que pueda resistir este tipo de situaciones. No existe equipo de limpieza que aguante”, lamentó.