El paciente –derivado del Hospital de Villeta– llegó hasta Clínicas en un estado avanzado de la enfermedad, se le realizaron los estudios de confirmación y diagnóstico, y se procedió al tratamiento. Lo resaltante del caso es que este paciente no toleraba la medicación para la leishmania, que habitualmente se utiliza en los pacientes que contraen la enfermedad; esta situación puso en riesgo su vida.
El equipo de alergistas de Clínicas decidió aplicarle un tratamiento denominado desensibilización, para inducir la tolerancia al medicamento y tener una respuesta terapéutica. La doctora Perla Alcaraz, alergista, señaló que el paciente tuvo una reacción alérgica muy grave conocida como anafilaxia, “y en ese caso si no le realizábamos el protocolo de sensibilización, el paciente podía haberse quedado sin opción de tratamiento y la evolución natural sería la muerte”.