EFE
Nadie antes de Segovia entendió que la guitarra merecía estar en el centro del escenario, y ningún otro festival como esta cita cordobesa representa mejor la importancia de un instrumento poliédrico, capaz de aventurarse en cualquier género, y que brilla con luz propia en el repertorio clásico.
La obra, “Concierto Popular do Río”, la componía expresamente para el festival el brasileño Sergio Assad, atendiendo también a la petición expresa de la Guitar Foundation of America, con la intención de rendir un imaginado e imaginativo tributo a la ciudad de Río de Janeiro a partir de la fusión de música clásica y ritmos tradicionales brasileños.
Al fin y al cabo Assad, aunque guitarrista clásico de la escuela de Andrés Segovia, creció junto a su hermano Odair en el Brasil de los 60 y 70, un tiempo en el que Caetano Veloso iniciaba el movimiento tropicalista, y al que los hermanos Assad nunca han hecho ascos.
No obstante, “Concierto Popular de Río” es, por encima de géneros, una pieza clásica que buscaba, y finalmente ha logrado, establecer una conexión entre los lugares más emblemáticos de Río de Janeiro en cada movimiento que expresaban la Orquesta de Córdoba y el virtuoso guitarrista Pablo Villegas.
Villegas, otro de esos guitarristas clásicos cuyo estilo es herencia directa de Andrés Segovia, se ha sentado en primera línea, junto al director, y con una tranquilidad pasmosa, ha ejecutado brillantemente la partitura, con un par de solos estelares en los que remitía directamente a Paulinho Nogueira.
Por su parte, el público cordobés, que siempre suele acercarse con curiosidad al Gran Teatro en la inauguración del Festival de la Guitarra, hoy, quizá asustado por un calor que después no ha sido para tanto, no ha respondido multitudinariamente.
Sin embargo, tanto la orquesta, un ejército de músicos que trabaja todo el año a sol y a sombra, como sobretodo, Villegas, que ha demostrado una técnica y una ejecución impecables, se han esforzado por animar una velada que, al final, ha resultado un triunfo en su mezcla de géneros y por sus refrescantes variaciones.
Articulada en 3 movimientos, la obra ha logrado, a partir de homenajes a la Bossa Nova y la Samba, trazar pasajes musicales que remitían tanto a las favelas como a las playas, y que iban desde Ipanema hasta el Cristo de Corcobado, sin olvidar el Carnaval de Río.
Y como rey del carnaval, Villegas, un músico superdotado, que ha podido demostrar con mucha soltura los motivos que le han llevado a actuar en más de 30 países y en escenarios tan prestigiosos como la Philarmonie de Berlín, el Carnegie Hall de Nueva York o la Sala Verdi de Milán.
El guitarrista ha continuado su periplo musical con una preciosa ejecución del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, que ha puesto punto y final a la velada clásica con la que se ha inaugurado el festival, cuya música aún seguía rugiendo, en este caso en el Teatro de la Axerquía, escenario donde subían dos de los grupos más míticos de Córdoba, Corazones Estrangulados y El Hombre Gancho.
Son las primeras dos citas de un festival que llenará de música numerosos rincones de Córdoba hasta el 12 de julio, y que ha debutado hoy con el recuerdo a dos de los más grandes guitarristas españoles de la historia, Andrés Segovia, y Paco de Lucía, protagonista de una exposición fotográfica de la Agencia Efe.
