Las tierras en cuestión corresponden al lote agrícola B-1, Manzana Fortuna Guazú, ubicado en la colonia 4 de Mayo del distrito de Pedro Juan Caballero, Departamento de Amambay.
Resulta que su abuelo Ramón Benítez, un excombatiente de la Guerra del Chaco compró –a su nombre– las tierras en el año 1984, del entonces Instituto de Bienestar Rural (IBR). Recién en el año 2011, Roberto Benítez se enteró de la existencia del terreno y que incluso tiene a su nombre el título de propiedad Nº 122.331 del año 1984.
Desde el 2011 que acude al Indert pidiendo que se regularice su situación, pero sin resultado favorable hasta la fecha, sino todo lo contrario.
Es así que el 23 de enero de 2014, Cárdenas, resolución mediante, desestimó las pretensiones de Roberto Benítez sobre el lote de 18 hectáreas. Uno de los argumentos fue que Benítez no “ostenta la posesión efectiva del lote”.
Cárdenas ya tenía conocimiento de que las tierras se encontraban en poder de la ganadera de Cartes, según consta en el documento que firmó. Ya en el año 2013, el entonces administrador de colonias de la institución, Celedonio Cristaldo, verificó que el inmueble se encontraba en posesión de la ganadera.
“Efectivamente, la estancia Sofía está ocupando tierras del Estado (...)”, reconocía Cárdenas a Última Hora el pasado 15 de setiembre. Es más, manifestó que las tierras serán revertidas al patrimonio de la institución. Lo que Cárdenas obvia es la existencia de un dueño legítimo de esas tierras, quien es Roberto Benítez Giménez.
Una gran cantidad de tierras posee el mandatario mediante sus empresas, muchas de ellas con títulos de dudoso origen.