20 abr. 2024

Cientos de personas se reencuentran con el cerro Ñemby

Carlos Elbo Morales

Recuperado por el municipio, luego de un largo proceso, el cerro Ñemby, que antes era explotado por una empresa constructora, se ha convertido en un atractivo turístico para personas de todas las edades, sobre todo los fines de semana.
A unos 300 metros de una de las entradas al cerro, bulle el tráfico sobre el Acceso Sur. Y adentro el ruido es cortado por el sonido de algunos pájaros y el paso de las personas que por decenas se dan cita en el lugar. La mañana espléndida y el clima agradable invitan a salir de casa y darse un paseo.
El espacio, que fue recuperado luego una larga lucha de vecinos y autoridades de Ñemby, se ha convertido en un atractivo, no solo para los ñembyenses, sino para personas de otros lugares.
“Me dijeron que es muy lindo y quería conocer. Es la primera vez que vengo. Me encanta la naturaleza y lo que estoy viendo es muy lindo”, contó Sofía Duarte, quien llegó desde barrio Obrero con unos amigos.
Al igual que ella, muchas personas iban por primera vez al sitio. En las entradas, los guardias verifican a cada visitante. “No está permitido venir con bebidas alcohólicas ni ningún tipo de armas. Tampoco se permite traer radios portátiles”, describe Javier González, uno de los 20 encargados de la seguridad en el lugar. Los custodios del espacio público cuidan al máximo que no ocurran accidentes. Por tal motivo, a cada rato suenan los silbatos, instando a las personas a que se alejen de los bordes de la cantera o desde lo alto de las murallas de piedra.
Sin duda el espacio más atractivo del cerro es la cantera. El agua de las lluvias formó una laguna que es rodeada por las laderas. Recorrer esa zona remite a uno de esos paisajes lunares que se ven en los documentales.
GANADORES. No solo los turistas adquirieron un nuevo lugar para visitar. Los que más se beneficiaron fueron los vecinos del cerro. En dos cuadras a la redonda aparecen lugares que improvisan estacionamientos para motos y automóviles, donde cobran desde G. 5.000. Otros ofertan minutas y bebidas.
Una conservadora ya se convierte en una ayuda para la microeconomía familiar, ofrecen hielo o ensaladas de frutas. Antes temían a las detonaciones. Ahora esperan cada fin de semana que la llegada de los cientos de visitantes deje algo en sus bolsillos.

Nos sorprendió gratamente que en cada cierto punto vimos que el lugar cuenta con seguridad.
Sonia Cabrera, sanlorenzana.

Vivo hace 30 años en Ñemby y es la primera vez que vengo. Es un orgullo contar con este lugar.
Vicente Villalba, ñembyense.