La posibilidad de convertirse en leyenda o de fracasar en la temporada están separadas por una delgada cuerda por la que camina con firmeza el Real Madrid para evitar una caída sin red. A expensas de un error del Barcelona en Liga y con fe ciega en sus posibilidades de conquistar la undécima Copa de Europa en Berlín, quiere seguir haciendo historia.
Convertido en un clásico del fútbol europeo, desde el 14 de febrero de 1962, fecha en la que se produjo el único triunfo del Real Madrid en Turín, gol de Alfredo Di Stéfano, las otras seis visitas madridistas ante el que fue durante una época su bestia negra se saldaron con derrotas y un empate en el último precedente.