Según los últimos datos ofrecidos hoy por las autoridades, 32 mineros fallecieron este fin de semana en la región autónoma de Mongolia Interior a causa de una explosión de gas ocurrida el sábado, días después de que un accidente similar provocara la muerte de 21 trabajadores en la provincia norteña de Heliongjiang.
Los responsables gubernamentales de la supervisión de las minas en la ciudad de Mongolia Interior donde se produjo el último suceso, Chifeng, han sido suspendidos de empleo, según informa este domingo la prensa oficial, mientras crecen las críticas de grupos en defensa de los trabajadores.
“De nuevo, dimisiones de funcionarios después de un accidente, pero siguen ocurriendo estas tragedias. ¿Por qué?”, pregunta hoy en Twitter la organización China Labour Bulletin (CLB) y adjunta un comunicado en el que critica la “inacción” de la Federación Nacional de Sindicatos de China (ACFTU, en inglés), la única agrupación de este tipo permitida en China.
El ACFTU es el sindicato con más afiliados del mundo pero su vinculación directa con el gobernante Partido Comunista le ha convertido más en un aparato del Estado que en una organización en defensa de los trabajadores, y China Labour Bulletin le pide hoy que “haga su trabajo” para solventar los habituales accidentes en la industria.
“Ya que los gobiernos locales no consiguen proteger a los trabajadores, los trabajadores en sí mismos deberían tener derecho a supervisar las condiciones de seguridad en su trabajo”, considera Han Dongfang, director de esta organización con sede en Hong Kong.
Según datos oficiales, 171 personas murieron en 45 minas el año pasado, si bien se teme que la cifra real sea superior pues en ocasiones no se publican los accidentes.
