“Chile es un país tranquilo, es un país seguro a diferencia de otros países de América Latina y el mundo”, enfatizó la ministra al comentar el atentado sufrido la pasada semana por el presidente de Codelco, Óscar Landerretche.
El estallido de un artefacto enviado como regalo a su casa le dejó algunas heridas en las manos y el cuerpo, y dejó con trauma acústico a su hija y a la empleada doméstica.
En declaraciones a Radio Cooperativa, Narváez recalcó que su país es seguro y así es visto por el resto del mundo “entonces tenemos que cuidar lo que tenemos”.
Otro de los hechos que causó preocupación en Chile fue el ataque incendiario en Cañete, en la región sureña del Biobío, que le costó la vida a un trabajador.
Narváez, calificó el hecho como de “extrema gravedad” y agregó que “nos preocupa, como nos preocupa la muerte de cualquier compatriota, pero sobre todo en una circunstancia de carácter violento”.
Frente a las cifras entregadas por el Ministerio del Interior, que muestran una disminución de la delincuencia en la zona, la ministra aclaró que el Ejecutivo no quiere “tapar” con esos números la situación que se vive en el sur de Chile.
“No quiero que quede la sensación de que nosotros queremos tapar la preocupación por esto que está ocurriendo ahora con el tema de las cifras, pero estoy poniendo las dos cosas sobre la mesa”, precisó Narváez.
El pasado domingo, un cuidador de un predio agrícola murió calcinado en la sureña región chilena del Biobío, cuando desconocidos incendiaron el lugar, destruyendo dos casas, un galpón y un automóvil.
El ataque ocurrió a las 05.40 hora local (08.40 GMT) en el fundo Santa Clarisa, situado en las cercanías de la ciudad de Cañete, a unos 630 kilómetros de Santiago, y la víctima mortal fue identificada como José Retamal, quien no pudo escapar de las llamas, precisaron fuentes policiales.
En La Araucanía y el Biobío existe desde hace años un conflicto entre comunidades mapuches, que reclaman la propiedad de tierras que consideran ancestrales, y empresas agrícolas o forestales, que las poseen legalmente.
La situación ha derivado en episodios de violencia en los que han muerto varios comuneros, policías y agricultores, mientras varias decenas de mapuches han sido procesados y condenados por diversos delitos, principalmente ataques incendiarios contra predios agrícolas o forestales, maquinarias y camiones.