Mientras los chicos festejaban con algo de retraso su homenaje, la directora de la institución educativa, Selva Miranda, comentó que lleva adelante una campaña para que los chicos tengan agua potable en el horario escolar, pues las cañerías que pasan por el barrio no alcanzan para la escuela. Si bien la situación se agudizó desde que volvieron de la inundación unos ocho días atrás, la educadora comentó que tienen este drama desde los inicios de la escuela.
“Hace dos años que estábamos dando clases en locales alternativos debido a la crecida del río Paraguay, pero ahora que el agua bajó pudimos regresar, era necesario que los chicos vuelvan a su escuela y las condiciones de las aulas están dadas”, comentó Miranda.
Asimismo, indicó que como carecen del líquido vital, deben adquirir al menos 15 botellones de agua mineral por semana a G. 10.000 cada uno. “Es un gasto de G. 600.000 mensuales y hasta fin de año sumará por lo menos G. 2.000.000, recurso que no tenemos”, lamentó.
Indicó que lo de “privada subvencionada” no implica que cuenten con capital. Como la zona es vulnerable, los padres pagan mensualidades simbólicas y la mayoría de las familias no cuentan con recursos para aportar.
Feria para recaudar. Una de las iniciativas que lleva adelante Miranda es la venta de ropas y zapatos usados a través de una feria que realiza a diario en el predio de la escuela. La educadora fue reconocida por el MEC el año pasado precisamente por su tenaz labor en situación de emergencia. Subía a una canoa y remaba en busca de sus estudiantes al otro lado del río, para llevarles las tareas y los complementos nutricionales que llegaban.
Sin el líquido. El último reporte oficial de la Essap indicaba que el 50% de las escuelas y los colegios de gestión oficial o subvencionada (en algunos casos) no cuentan con el servicio de la aguatera estatal, como es el caso de la escuela Caacupemí. Para colaborar con la escuela, los interesados pueden comunicarse al (0982) 781-464.