Al parecer, ni empresarios ni el Gobierno tienen un plan con metas y objetivos claros y siguen apostando a soluciones fáciles, como la reducción de los impuestos que de por sí ya son bajos.
Parece que después de varias décadas de experiencia –en el caso de la economía esteña y en los últimos años de Salto del Guairá– no aprendemos que el desarrollo no puede basarse en el comercio fronterizo, cuya competitividad se centra en los bajos impuestos.
Desde hace años varias instituciones internacionales vienen señalando que la competitividad tiene otros factores asociados mucho más importantes que los impuestos bajos, como la infraestructura, la calidad de la mano de obra, la gobernanza, entre otros. Esta conclusión fue claramente expuesta en el evento organizado por el Ministerio de Hacienda sobre fiscalidad internacional, del que participaron expertos internacionales, funcionarios públicos y empresarios nacionales.
Quedó muy claro en el evento que la reducción de impuestos debe ser evaluada a la luz de sus beneficios. En este caso, ¿queda claro al Gobierno que reduciendo los impuestos la economía de Ciudad del Este mejorará en la misma proporción del sacrificio que realiza el Estado cuando se desprende de recursos genuinos? ¿Cuánto empleo se protegerá? ¿Cuánta innovación se generará con esta estrategia? ¿Quiénes y en cuánto se benefician?
El problema es que los empresarios plantean soluciones fáciles y de corto plazo. El Gobierno, por su lado, no cuenta con una estrategia clara basada en un diagnóstico a largo plazo sobre la potencialidad económica de la región y las proyecciones internacionales, no solo en términos de los países vecinos, sino también de países como los emergentes, China y otros.
Es tan débil el análisis que una autoridad económica sostuvo que desde su opinión “personal” la apertura de un shopping en Brasil no afectará a Ciudad del Este. La política pública no puede basarse en percepciones personales, sino en evidencia empírica rigurosa. Es por esta debilidad que desde más de una década la economía de Ciudad del Este no tiene visos de mejoramiento; al contrario, tiende a empeorar. El escenario empeora si consideramos que en los últimos años Salto del Guairá presenta problemas similares.
Hasta cuándo el país seguirá impulsando medidas que a nivel internacional nos dicen que no son suficientes y tienen altos costos, pero que además, a nivel nacional tenemos pruebas claras de eso.
Es hora de que las autoridades con competencia actúen responsablemente. El país no puede continuar reaccionando cuando surjan emergencias o coyunturas particulares, menos aun en reacción a políticas de los países vecinos.