Por Stefanie Céspedes stcespedes@uhora.com.py
Familias enteras quedaron desmembradas; huérfanos y padres recuerdan hoy con dolor e impotencia, aquella jornada de domingo que, inesperadamente, culminó en tragedia, llanto y desolación.
Dolorosas historias pueden encontrarse en cada rincón del barrio Trinidad de Asunción, y otros puntos de la capital paraguaya e, incluso, el interior del país. Compatriotas de diversos lugares se encontraban en el centro comercial en el día y horario equivocado.
Las víctimas no se cansan de pedir justicia y exigir una condena para quienes cerraron las puertas del Ycuá Bolaños, aquel día.
Bastaron minutos para que el inmenso local ardiera y muchas vidas quedaran apagadas, dentro.
La familia Paiva, los accionistas y el guardia de seguridad, fueron receptores de millones de dedos acusadores. Sobre esos hombros recayó la responsabilidad de lo sucedido.
Hoy, nueve años después, víctimas, familiares y amigos de quienes murieron, o quedaron con heridas muy severas, piden a gritos que la Justicia caiga con todo sobre estas personas y porqué no, reencaucen lo que consideran mal direccionado en materia de penas y castigos.
Habilitar un local no apto; cerrar las puertas en medio de un voraz incendio para que las personas no puedan escapar “sin pagar la cuenta”, son los hechos que reclaman siempre los afectados al hablar del Ycua Bolaños.
Juan Pío Paiva sigue hasta hoy en el Penal de Tacumbú; su hijo, Víctor Daniel, cuenta con libertad condicional; mientras que Daniel Areco, el guardia de seguridad; y Humberto Casaccia, accionista, ya cumplieron la condena que se les fue impuesta.
Son más de 500 víctimas las que perdieron su derecho a la indemnización, mientras que otras aún siguen luchando en esferas judiciales.
Con respecto al edificio siniestrado, sigue allí; testigo de la mayor tragedia paraguaya en tiempos de paz, símbolo de resistencia en la lucha por Justicia, para muchos; mientras que para otros, solo para recordar, día a día, que sus familiares y amigos “fueron al súper” un domingo, y nunca más volvieron.