Por Patricia Vargas Quiroz
Muchos lo consideran como el heredero político del Unace. Él asegura que en su partido no hay un liderazgo único. “Mi padre fue el último caudillo”, afirma. Además, aclara su relación con el candidato presidencial de la ANR, Horacio Cartes.
-Mucho se habla de su acercamiento a Horacio Cartes. ¿Qué hay de realidad detrás de eso?
-A Horacio lo conocí en 1996 cuando fue a visitar a mi padre en la prisión y a partir de allí nos hicimos muy buenos amigos. Me acompañó mucho en esa época. Fuimos y somos muy buenos amigos. Yo iba a su casa, él a la mía. Cuando eso ni él ni yo eramos políticos. Hoy en día no niego esa amistad y hermandad. Horacio es como mi hermano, pero ambos sabemos que estamos en la vereda de enfrente. Eso no significa que a partir del 21 no nos podamos sentar a hablar de política por un proyecto país. Eso no se puede dejar de hacer.
-¿Conversó con Cartes luego de los sucesos (muerte de su padre) sobre una posible alianza Unace-ANR?
-En ningún momento. Solo vino a visitarnos para traer sus condolencias. Es más, me dijo que ni siquiera mi voto quería, sino que solo quería acompañarme en el difícil momento, que venía a saludarme y acompañarme como amigo. No hablamos de alianza ni de nada. No voy a aprovechar este momento para decir o mentir diciendo que él pidió apoyo del Unace.
-¿Antes del accidente también hablaron poco?
-Nunca. Nobleza obliga. Nunca me pidió nada.
-¿Por qué su padre no lo quería? Últimamente lo criticaba bastante...
-A veces en la política uno entra a jugar papeles que está obligado a jugar como líder. Era evidente que ambos querían lo mismo, la presidencia, y era parte de una estrategia de diferenciarse uno de otro.
-Los discursos eran más contra Cartes que contra Efraín...
-Creo que quería polarizar la pelea política y usaba este esquema. Lino, sin embargo, dijo que sea quien gane en abril él iba a sentarse a hablar con él. Es normal este tipo de rencillas políticas. Javier Zacarías hablaba de Cartes y ahora están juntos. Lo mismo Lilian. Efraín y Llano hacían lo mismo. Uno debe saber manejar este tipo de cosas.
-¿Qué piensa de la dupla Alegre-Filizzola?
-Es una campaña que hacen desde el poder, desde la administración pública. Nosotros como tercera fuerza nos cortamos solos. La falta de acuerdos no habrá colaborado con los liberales, seguramente. En el Unace no hay dudas ni discordias como en los demás partidos. Acá no hay cúpulas antiguas. El Partido Colorado tiene un equipo de décadas, son los mismos de siempre. Aunque solo cambia el que puntea. Lo mismo ocurre en el PLRA.
-¿Quién está mejor ubicado electoralmente? ¿Cartes o Efraín?
-La situación está muy volátil. Nosotros hemos consolidado muy bien nuestras bases y en estos momentos solo eso nos interesa.
-¿El cambio de chapa del Unace, en dos ocasiones, afectó al partido?
-Y parecería o aparenta eso, pero no es así. El pueblo oviedista y el ala dura del oviedismo vieron con buenos ojos que vayamos con nuestra lista única. Increíblemente, luego de que esto no se concretó tomaron una energía especial porque están muy celosos de nuestro partido, de nuestros votos, que consideramos son un diamante en bruto. El no acordar fue un impacto positivo al final.
-Al Unace se lo considera un partido de derecha, algunos inclusive les dicen de extrema derecha. ¿Se consideran así?
-No. Para nada. En países de Latinoamérica hablar de extrema derecha o extrema izquierda es un sinsentido. Imaginate que China es comunista-capitalista. Son ambos extremos. En Paraguay, donde hay un nivel de pobreza muy alto, uno necesariamente debe conjugar el capitalismo y el socialismo. En ciertos lugares el Estado, sin dudas, debe hacerse presente con el subsidio.
-¿Enrique González Quintana se llevó algún porcentaje de votos del Unace?
-No. Sucede que Lino Oviedo logró que el electorado sea fiel al partido. Nosotros siempre nos preguntamos qué iba a pasar cuando no esté Lino, pero hoy nos damos cuenta de que la fidelidad es al partido y no solo a la persona. Unace tiene vida propia. Es un fenómeno como el que ocurrió con el general Bernardino caballero. Cuando Caballero murió, era también el único líder de los colorados, y hoy mirá como está el Partido Colorado. Sigue con vida. Lo mismo ocurrirá con el Unace. Esto es un sentimiento. Imaginate, el 30 o 40% de los afiliados son jóvenes.
-¿Qué ofrece el Unace a su oro ku’i (pedacitos de oro), como llamaba tu padre a su electorado?
-Vos sabés como se mueve el Unace. No somos como los demás partidos que ni siquiera una cancha le pueden poner a su gente. En mi partido encontrás escuela de fútbol, de danza para niñas y adultas, atención médica. También práctica de vóley, básquet. En el Unace ya se hizo un campeonato sudamericano de taekwondo y un campeonato internacional de danza. Hoy el Unace tiene un concepto muy social. No es solo un partido político. Inclusive, Lino Oviedo estaba implementando en el partido actividades de gente a la que le gusta la onda punk (género musical dentro del rock). Muchos creían que era un contraste. Es una forma de crecer. ¿Los otros partidos qué ofrecen?
-¿El Unace seguirá apoyando al Gobierno atendiendo a los últimos sucesos?
-Siempre que sean a favor de los intereses del país, no le vamos a poner el palo a la rueda. Nunca lo hicimos. En la época de Fernando Lugo, Unace acompañó créditos de más de 1.200 millones de dólares. Lo mismo fue con Nicanor respecto al crédito de la represa del Yguazú.
-¿La dupla PLRA-Unace no salió porque Efraín no quiso?
-La verdad que yo no quiero entrar en detalles porque parecería un lamento y nosotros ya estamos en otra cosa. La verdad que ya no nos interesa. El último caudillo ya se nos fue, lastimosamente. Hoy los liderazgos irán surgieron en conversaciones como lo hace el Frente Amplio en Chile. En el Unace no hay liderazgos únicos en este momento. Ahora nadie hace nada sin que antes todos nos consultemos.
-¿A cuánto asciende la fortuna que dejó tu padre de la que todos hablan?
-Eso es un mito. Vos sos muy hábil para entender lo que pasa. No hay tal fortuna. Aunque cueste creer, Lino Oviedo siempre tuvo muy buenos amigos que lo acompañaron y lo ayudaron y nos ayudan. Vendimos las tierras que teníamos en el Chaco. Ni esas propiedades ya tenemos. No es como dice la gente que habla de millones de dólares. Ni siquiera se acerca al millón de dólares haciendo un cálculo rápido.
SUS FRASES
“En el Unace no hay liderazgos únicos en este momento. Ahora nadie hace nada sin que antes todos nos consultemos. El último caudillo fue Lino Oviedo”
"(Horacio) me dijo que ni siquiera mi voto quería, sino que solo buscaba acompañarme en el difícil momento, que venía a saludarme y acompañarme como amigo”
