Desde su implementación en la década de los noventa, el IVA se convirtió rápidamente en la principal fuente de ingresos del Gobierno, sostiene Zárate, en un análisis publicado en conjunto con el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), denominado “Incidencia y Equidad Tributaria en el Paraguay: El caso del IVA”.
“El IVA (Impuesto al Valor Agregado) constituye la principal fuente de ingresos de la Administración Tributaria del Paraguay, ya que ha aportado poco más del 50% de todo lo recaudado y representado poco más del 6% del PIB en el período 2008-2013", señala.
Los impuestos a la renta y a las utilidades (impuestos directos) representan en promedio poco más del 20%, el Impuesto Selectivo al Consumo el 15%, y el Impuesto al Comercio Exterior alrededor del 12% de todo lo recaudado por la Administración Tributaria.
“Al existir un predominio fuerte de los impuestos indirectos, la carga tributaria en el Paraguay recae principalmente en los consumidores y es soportada, entonces, por las mayorías sociales de bajos ingresos”, indica el experto.
Agrega además que a pesar del crecimiento sostenido de la recaudación tributaria en los últimos seis años, el porcentaje que dicha recaudación representa en términos del PIB (Producto Interno Bruto) es relativamente bajo si se compara con algunos países de la región.
Zárate comenta además que, analizando la distribución del pago del impuesto por decil de ingreso per cápita, se puede que el IVA como porcentaje del ingreso de los diferentes deciles de hogares es menor para los hogares de mayores ingresos que para los hogares más pobres.
De esta forma, poco más del 38% del IVA efectivamente pagado lo aportan los hogares más vulnerables, mientras que los más pudientes solo aportan el 3%.
Conclusiones y recomendaciones
En primer lugar, el investigador del Cadep plantea la aplicación de tasas reducidas a bienes de la canasta familiar y productos farmacéuticos, además de producir pérdidas en la recaudación, afecta a los precios relativos de los bienes y, por ende, genera distorsión.
En segundo lugar, las exenciones, que si bien se han venido eliminando, siguen siendo numerosas, además de que el costo fiscal que éstas representan se supone que es bastante elevado en términos de recaudación, agrega.
En tercer lugar, comenta que es preciso identificar con mayor precisión cuantitativa y territorial en qué medida los bienes con tasas reducidas del IVA son adquiridos por los estratos de menores ingresos con el propósito de tener una idea más clara sobre el impacto de esta medida.
Finalmente, Zárate concluye que debe buscarse la forma de compensar, de manera adecuada y suficiente, a los sectores de la población de menores ingresos que podrían verse afectados por una eventual revisión de las tasas reducidas.