El comisionado del Mecanismo, Roque Orrego, explicó que este problema responde a múltiples causas, pero destacó que existe una cultura punitiva, que tiende a aumentar las penas e ingresar mayor cantidad de personas a las cárceles, cuando esto en realidad contribuye a agravar el problema de la inseguridad y la violencia, antes que a solucionarlo.
Por su parte, los magistrados que participaron de la verificación de dicho penal manifestaron las dificultades que tienen en otorgar libertades sin que se desate una tormenta de críticas, las cuales terminan siendo peligrosas para su continuidad en los cargos.
Según un informe, de 3.219 internos que había en el año 2000 en la Penitenciaría Regional, se ha pasado a 11.832 en el año 2015.