El lema de este año es: Con San Leopoldo, seamos amigos de Jesús, según reza un comunicado de la congregación franciscana.
En Paraguay la novena de preparación para la fiesta se inició el sábado con la tradicional bendición de vehículos y la ingesta del café capuchino, el domingo.
Los capuchinos destacan que el sábado entrante “termina el año jubilar con el que se pueden ganar indulgencias plenarias concedidas por la Santa Sede, con motivo de los 151 años de nacimiento de este santo capuchino. Para ganar indulgencias se debe acudir a una de las capillas, cumplir con los requisitos –como confesarse– y hacer la oración a San Leopoldo”.
Este fraile canonizado por Juan Pablo II en 1983 nació el 12 de mayo de 1866 en Castelnovo de Cáttaro o Herceg-Novi (Croacia). Ordenado sacerdote en 1890, pidió a sus superiores permiso para marchar a misionar a Oriente, pero nunca se lo permitieron. Eso fue así debido a su frágil constitución física y su delicado estado de salud; así como un pequeño defecto de pronunciación que le hacía penosa la predicación. Durante 40 años, y hasta la víspera de su muerte, estuvo siempre dispuesto a recibir, escuchar, consolar y reconciliar a innumerables penitentes en una pequeña habitación cercana al convento de los capuchinos en Padua.