En la vida cotidiana generalmente hay rachas negativas que se presentan y no hay forma de repeler. Cerro se encuentra en una de esas y lo más sano es que termine cuanto antes este torneo y empezar de nuevo la ilusión.
El nerviosismo y los titubeos volvieron a aparecer ayer dentro del equipo de Jorge Núñez. Las ganas por romper el cero devoraron a los jugadores y en especial a los grandes. El Ciclón no pasó de la insinuación en ataque y la pelota quemaba a sus hombres, que en su afán de estirar al equipo hacia adelante no hacían otra cosa que jugar a favor del rival.
La problemática principal del equipo pasa por lo sicológico. No tiene respuestas y variantes para generar, mucho menos reacción cuando tiene un gol en contra.
La directiva debe tomar cartas en el asunto antes, principalmente a menos de un mes de su participación copera. Vuelta de página, a elegir un nuevo técnico y a definir un nuevo plantel.
Capiatá, sin hacer mucho, ganó con merecimiento.