24 abr. 2024

Caperucita y el lobo

Por Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

Benjamin Fernandez

El cuento infantil carece de lógica, pero esa no es una condición del género.

La realidad, sin embargo, se sostiene en ella y debe tener obligatoriamente un fundamento para hacerla entendible.

Que policías y fiscales se reúnan en formación totémica alrededor de una camioneta a la que denominan “caperucita roja” es demasiado para la realidad aunque probablemente muy rica para la fábula.

¿Qué pretendían hacer? Eso escapa a cualquier explicación porque finalmente la camioneta tiene escasa responsabilidad en lo que hicieron sus conductores y acompañantes a no ser que se la quiera dar un valor fetichista con el que espantar los siempre vigentes vientos del stronismo.

Con ese mismo criterio deberían ubicar las guachas, pinzas y otros enseres con los que los torturadores atormentaban y mataban a sus víctimas. Pero la culpa no la tiene el instrumento, sino quien lo utiliza. Es sencillo... pero no tanto.

En el Paraguay de las anécdotas, esta quedará como una de ellas. La Justicia acorralando una camioneta y buscando a su dueño para ver qué relación tuvo con los miedos y tormentos que llevaron consigo como acompañantes los viajeros de sus tiempos tormentosos.

Mientras, hemos dejado pasar la oportunidad de expropiar las propiedades de los stronistas y hacer de la venta de ellas el activo con el cual pagar a sus víctimas; el espectáculo se centra en una cuestión poco menos que absurda.

Mientras aumenta el número de víctimas de la dictadura como viudas de excombatientes, la razón central de la dictadura sigue vigente. Los temas centrales del periodo autoritario ya no se tocan ni se hablan y con esta recreación del cuento de Caperucita roja, créanme que lo único que hacen es legitimar lo que pasó.

Degradamos el relato del autoritarismo a la anécdota sin sentido ni consideración. El problema no es con los instrumentos, sino con quienes lo usaron para violar derechos humanos.

La culpa no es de la camioneta, sino de quienes la condujeron para secuestrar, torturar o matar.

En el antiguo texto nacional que siempre incluye el relato baladí o intrascendente con el que se reduce a anécdota todo lo importante, debería incluirse esta parte del cuento de Caperucita roja.

Nadie habla de los lobos que siguen sueltos y menos de la abuela que espera; total, lo que importa es convertir el discurso de la dictadura en cuestiones sin trascendencia ni impacto.

Aquí en Ocotlán han matado a nueve y herido a otros seis el jueves pasado.

La noticia ha sido superada en importancia por los kilos de más de Luis Miguel.

Mientras lo banal, intrascendente y sin importancia supere a lo que importa, seguiremos con el espectáculo diluyente de una democracia que se sigue comiendo todas las caperucitas mientras la mayoría canta a coro: "... el lobo no está...”.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.