EFE.
La candidata presidencial brasileña Marina Silva dio este viernes señales de que habrá un cambio de marcha en la política exterior del país en caso de ser elegida, se pronunció a favor de la autonomía del Banco Central y afirmó que el gigante suramericano “vive un momento grave de credibilidad” económica.
Al presentar en Sao Paulo su programa de Gobierno, la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) intentó darle mística a sus posibilidades electorales y aseguró que si es elegida en los comicios del 5 de octubre, llegará a la Presidencia no solo una hija de la selva amazónica y de la clase trabajadora, sino una “maestra de escuela”.
“Primero fue un académico, luego un obrero, si el pueblo y Dios quieren, será una maestra la próxima presidenta”, dijo Silva en su discurso en Sao Paulo, al hacer referencia a dos exmandatarios: el sociólogo Fernando Henrique Cardoso y el tornero mecánico y sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva.
Silva, quien era la compañera de fórmula de Eduardo Campos, fallecido el pasado 13 de agosto junto a otras seis personas en un accidente aéreo, es el foco de la campaña electoral brasileña ya que las dos últimas encuestas la ubican como ganadora en una eventual segunda vuelta frente a la presidenta Dilma Rousseff, el 26 de octubre.
La candidata, que en 2010 recibió el 20 % de los votos, entregó hoy su plan de Gobierno con la cúpula del PSB y dos de sus principales referentes, el economista Eduardo Gianetti da Fonseca y Neca Setúbal, quien se ocupa de temas educativos y es la heredera del imperio financiero del Banco Itaú, uno de los mayores del país.
Aspectos desconocidos hasta el momento, como su pensamientos sobre la política externa, fueron revelados por ella y su compañero de fórmula, Beto Albuquerque, en un libro de 250 páginas y seis módulos
En estos se incluye, por ejemplo, que propugnará por una flexibilización en las reglas del Mercosur para poder realizar acuerdos bilaterales con otros países en caso de que no se adhieran a la idea los otros socios del bloque: Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
“Tenemos el principio de la integración pero esto no nos impide que podamos encontrar medios para tener celeridad para acuerdos bilaterales”, comentó.
Y puso como ejemplo el acuerdo que negocia el bloque suramericano para el libre comercio con la Unión Europea (UE): “En la negociación hay dificultades, como el caso de Argentina, pero eso no debería impedir que Brasil siguiera. Es una cuestión de defender los intereses del país sin perjudicar al resto”.
Defendió, en ese sentido, la llamada “negociación a dos velocidades”, que según su programa de Gobierno no afecta al Tratado de Asunción de 1991, pacto fundacional del bloque suramericano.
Así, Silva enfatizó que la política externa debe estar marcada por la integración con los vecinos para hacer más atractivo los acuerdos con otros bloques.
Su programa de Gobierno propone una política de aproximación del Mercosur con la Alianza del Pacífico -bloque comercial integrado por Chile, Colombia, Perú y México- y una “agenda positiva” con Estados Unidos.
“Hay que relanzar el dinamismo en el comercio con Estados Unidos y la UE y fundar nuevos estándares comerciales con Chile”, indicó.
El anuncio del plan de Gobierno de Silva, que fue ministra de Medio Ambiente en el Gobierno de Lula, coincidió con la divulgación de los resultados del producto interior bruto (PIB) del segundo trimestre, que apuntaron una contracción del 0,6 %, luego de perder 0,2 % en el primero.
“Es un momento grave de credibilidad, de recesión. Y cuando se recupere la confianza, los inversores volverán”, analizó Silva, quien citó dos veces la importancia de un “Banco Central con autonomía”, como había adelantado Setúbal, una de sus principales consejeras y encargada de los planes educativos.
Con militantes gritando “Eduardo presente, Marina presidente”, Silva aprovechó para lanzar dardos contra el Partido de los Trabajadores (PT), en el Gobierno desde 2003 y del que participó en su fundación.
Recordó así que defendió a Lula de los que desconfiaban de él como gobernante por provenir del mundo sindical.
“Se olvidaron rápido de eso, pero el pueblo no olvida”, remató la ambientalista, que intentó también desmentir divergencias con el sector de la agroindustria por su posición sobre el desarrollo sustentable.
