Así lo explicó ayer Rigoberto Gauto, viceministro de Relaciones Económicas e Integración de la Cancillería Nacional, y coordinador del Mercosur por Paraguay, sin precisar cuáles son esas propuestas.
No obstante, por el curso de los hechos, todo apunta a dos salidas: la suspensión de Venezuela en sus derechos en el bloque sudamericano, por no incorporar el acervo jurídico del Mercosur a su legislación interna, lo que pone en entredicho su membresía; o dejar pasar el tiempo hasta diciembre, ignorar las convocatorias a reuniones que ya empezó a realizar Venezuela, invocando la titularidad de la presidencia semestral.
En diciembre se cumplirá el semestre y, siguiendo la rotación por orden alfabético, Argentina asumirá el mando. Entretanto, los coordinadores nacionales de Argentina, Brasil y Paraguay seguirán reuniéndose, y las veces que sean necesarias, también los cancilleres. Si Venezuela ejerciera la presidencia pro témpore del Mercosur, las reuniones de los distintos órganos del bloque deberían realizarse en Caracas, y no en Montevideo, destacó Gauto.
El viceministro rechazó que exista en estos momentos doble conducción en el Mercosur. Ratificó que la presidencia temporal está acéfala y que la que está llevando adelante Venezuela es más bien un esfuerzo por lograr “algún tipo de reconocimiento internacional”.
Gauto reiteró lo que ya había adelantado a ÚH y es que el próximo viernes 2 de setiembre volverán a reunirse los coordinadores nacionales en Montevideo para preparar la continuidad de las negociaciones con la Unión Europea, tendientes a un tratado de libre comercio. En octubre deberán viajar a Bruselas para negociar con sus pares europeos. A propósito, recordó que, independientemente de la polémica sobre la presidencia pro témpore, Venezuela no forma parte del proceso con la UE.