La reunión de consulta se celebra con el fin de considerar problemas de carácter urgente y de interés común para los Estados americanos. En este caso, como proyecto de temario, en la convocatoria oficial solo figura la frase “situación en la República Bolivariana de Venezuela”.
El ministro Loizaga reconoció la semana pasada que resulta difícil llegar a un acuerdo entre los países para adoptar alguna resolución respecto a la República Bolivariana en el ámbito de la Organización, si no se modifican sustancialmente las divergentes posiciones actuales. Particularmente entre quienes quieren contundencia para presionar al Gobierno venezolano a hacer cambios y quienes prefieren que la OEA esté en un segundo plano al respecto.
Se descarta que la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, acuda al encuentro porque su Gobierno solicitó la salida de la OEA el 28 de abril, precisamente ante la convocatoria de esta reunión, a la que se opone frontalmente.
Para adoptarse cualquier decisión en el encuentro convocado se precisa contar con el apoyo de dos tercios de los países representados en la sesión, un número que aún se desconoce.
Según fuentes diplomáticas, en esta reunión no podría votarse una eventual suspensión de Venezuela del ente. Esto solo puede hacerse en la Asamblea General extraordinaria, que requiere tanto para convocarse como para aprobar una eventual suspensión los dos tercios (24) de los 35 Estados miembros.