El cáncer de mama es prevenible si se detecta a tiempo y curable si las personas acceden al tratamiento de manera oportuna. Esta enfermedad es la primera causa de muerte en las mujeres, pero también afecta a los hombres. Por lo tanto, no puede solo ser parte de una campaña que dura unas pocas semanas.
El Estado debe reaccionar ante la gravedad del problema e implementar las acciones que sean necesarias para reducir las muertes y, sobre todo, prevenir.
La estrategia de atención primaria (APS) es fundamental en la prevención de la enfermedad. La APS es la puerta de entrada al sistema de salud por medio de las Unidades de Salud de la Familia (USF). Esta estrategia permite la atención de las personas de manera integral y en las diferentes etapas del ciclo vital. Las USF deben estar en condiciones de analizar los factores de riesgo asociados al cáncer de mama y tener condiciones de detectar posibles casos.
No hay que olvidar que la exclusión por razones económicas, geográficas o culturales es una de las razones que obstaculizan la prevención de las enfermedades y la promoción de conductas que favorezcan la atención temprana.
Las Unidades de Salud de la Familia constituyen el mecanismo principal para romper con las barreras que tienen las mujeres para el acceso al sistema de salud.
La atención primaria debe estar, además, integrada a una red que incluya servicios de tratamiento en caso de detección. El financiamiento debe estar garantizado. No se puede hablar de derechos si las personas que enfrentan un cáncer dependen de sus ingresos para curarse o no.
Los altos niveles de mortalidad son la muestra del fracaso del sistema de salud siendo este cáncer prevenible y curable en los casos de detección temprana. La prevención es necesaria para evitar tratamientos complejos y que generan sufrimiento a la persona que los debe enfrentar y a la familia.
Adicionalmente, el buen funcionamiento de la atención primaria reduce costos, ya que la prevención es mucho más barata que cualquier tratamiento de cáncer. La eficiencia del sistema de salud solo es posible con autoridades y personal de salud responsable de sus actos. El hecho de que muchas personas ingresen con la enfermedad avanzada en parte también es responsabilidad de la política pública y de sus gestores.
La campaña contra el cáncer de mama debe realizarse todo el año, no solo con actividades de difusión y concientización cuyo símbolo principal es el lazo rosa, sino fundamentalmente con buenos servicios de prevención y, cuando sea necesario, de tratamiento oportuno y gratuito. Si no se logran reducir los índices de mortalidad, los responsables deben renunciar. Es lo mínimo que corresponde, dado que está en juego la vida de muchas mujeres en Paraguay.