Alfredo Grysiuk, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), informó que en una reunión entre los citricultores y la presidenta del CAH, Amanda León, hablaron de la posibilidad de refinanciar las deudas de los productores que están con atrasos y que ya ingresaron a Informconf.
León dijo que están buscando los mecanismos necesarios para ayudar a los productores de cítricos que están con deudas por problemas de comercialización.
Señaló que de 47 invernaderos que se hicieron en la zona de Cabañas, 29 productores pagaron sus deudas y 18 están en situación de morosidad. “Los productores manifiestan la falta de comercialización por la cantidad de plantines que se vende de forma ilegal a precios más bajos, sin certificación del Senave”, expresó.
El programa de invernaderos en Cabañas fue impulsado por el ex ministro de Agricultura y Ganadería Jorge Gattini y el CAH, con recursos provenientes del Tesoro. Alrededor de 25 productores de cítricos de esa zona viven en zozobra tras haber ingresado al programa para la construcción de invernaderos para producción de mudas (plantines) de cítricos, libres de virus y enfermedades transmitidas por insectos.
El programa se desarrolló hace poco más de un año, tras la destrucción de más de 800.000 plantines de cítricos en Cabañas, ante la amenaza del avance de la devastadora plaga HLB (Huang Long Bing), que fue detectada en algunos puntos del Departamento de Coordillera, por el Senave.
plantines disponibles. La modalidad de financiación del programa consistió en 50/50, es decir, la mitad a través de un crédito otorgado por el CAH al productor y la otra mitad mediante un subsidio del MAG.
Roberto Núñez, otro productor de cítricos de Cabañas, indicó que están a punto de perder su producción ya que las plantas de naranja tienen un tiempo establecido para comercializar. Acotó que alrededor de 20.000 plantines de cítricos bajo invernadero están sin poder comercializarse.
Los invernaderos construidos en la zona de Cabañas, Caacupé, constituyen la primera partida de obras encaradas bajo el sistema de ambiente protegido, que, según Gattini, debía ser la solución para el despegue de la agricultura.