El arco C, que viene acompañado de una máquina denominada litotriptor, que se utiliza para las cirugías mininvasivas de remoción de piedra en el riñón, está fuera de servicio y se prevé su reparación para dentro de 10 días, mencionó García.
Mientras, las cirugías de cálculos renales están suspendidas para aquellos que requieran del uso de la máquina. Solo se realizan operaciones con procedimientos tradicionales, a cirugía abierta, explicó la doctora Ruth Zayas, directora de Apoyo y Servicios.
“Tenemos dificultades con los repuestos del equipo de litotripsia, que en una semana a 10 días estaría reparado. Las indicaciones médicas del urólogo determinan si las cirugías de los pacientes pueden esperar o no. En otros casos que son más pequeños optan por esperar el tiempo y a que se repare el aparato”, dijo García.
La alta demanda de los estudios de imágenes y de cirugías incide en que los desperfectos en las máquinas sean constantes, arguyó. En el caso de los tomógrafos, tienen un promedio de 4 a 9 años de antigüedad, otro factor que incide que deban repararse con mayor frecuencia.
“Nosotros tenemos cientos de aparatos que utilizamos de forma constante, tenemos números alarmantes de procedimientos que se hacen por mes. Por supuesto, la utilización de los aparatos es enorme y eso hace que disminuya la vida útil“, admitió García.
Un promedio de 200 a 300 tomografías es la demanda diaria en el Hospital Central, que se concreta tanto a pacientes internados como ambulantes. La lista de espera es de tan solo uno a dos días, según Zayas. El equipo de resonancia, el de endoscopía y otros están funcionando sin problemas, señaló la directora de Apoyo y Servicios.