La libra esterlina ha caído un 12% respecto al dólar, y un 10% respecto al euro, un movimiento que podría acentuarse mientras no haya claridad en la situación.
“La caída de la libra tendrá un impacto inmediato en los que tomen vacaciones y su poder adquisitivo en el extranjero” informó la Asociación de Agencias de Viaje británica.
Los británicos ya habían empezado a vender sus reservas en metálico de libras esterlinas antes del referéndum, detectaron los analistas del mercado.
“Los precios de productos frescos van a subir sin duda alguna, porque buena parte llega de la Unión Europea” explicaron analistas de la consultoría Kantar.
“En el caso de la gran cadena de supermercados británica Tesco, por ejemplo, cerca del 50% de la mantequilla y el queso consumido en el Reino Unido proviene de leche producida en la UE”.
Anastasia Alieva, la jefa de la consultoría Euromonitor, confirmó esas sombrías previsiones.
“Globalmente la debilidad de la libra probablemente generará un aumento de los precios de muchos productos alimenticios que tendrá un impacto negativo en los recursos” de la población, explicó Alieva en un análisis.
“Los precios del pescado y marisco importados de la UE subirán, aunque no está claro hasta qué punto”, añadió.
Los márgenes de beneficio de los distribuidores, que ya están bajo gran presión a causa de las guerras de precios entre supermercados y el salario mínimo, se reducirán y el consumidor deberá pagar, según los analistas.
En plena campaña del referéndum, el Gobierno afirmó que una salida de la UE le costaría a cada hogar como promedio 4.300 libras (unos 5.700 dólares) por año en 2030, aunque esa cifra fue contestada por los partidarios de la campaña anti UE.