“Aún se sienten los efectos de la severa crisis de 2015 y 2016", años en que la economía del país acumuló una caída cercana a los 8 puntos porcentuales, declaró en una rueda de prensa el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.
El “hombre fuerte” del equipo económico del Gobierno de Michel Temer aseguró que se trata de “previsiones realistas” e insistió en que, aún cuando ya hay una recuperación, no será del todo palpable este año debido a los “efectos residuales” de la aguda recesión en que se sumergió el país entre 2015 y 2016.
Según Meirelles, los cálculos de un crecimiento del 2,5 % para 2018 y 2019 se apoyan, en buena medida, en previsiones que apuntan a una recuperación de la recaudación tributaria, que se derrumbó al calor de la recesión pero deberá mejorar junto con el aumento de la actividad económica.
Un mayor ingreso por concepto de impuestos también permitirá una gradual disminución del fuerte déficit fiscal, que para este año se calcula que será equivalente al 2,1 % del producto interno bruto (PIB), indicó.
De acuerdo a los cálculos presentados por Meirelles, el déficit fiscal se mantendrá en 2018 y 2019, aunque con una tendencia a la baja, hasta que en 2020 se rompería el ciclo negativo, con un leve superávit de un 0,3 % del PIB.
En cuanto a la inflación, el ministro insistió en que ha sido “controlada” después de haber llegado en 2015 al 10,67 %, la mayor tasa registrada en trece años.
En 2016, el índice de aumento de precios fue del 6,29 % y en 2017 deberá situarse en un 4,7 %, para mantenerse en torno al 4,5 % anual hasta 2020, según los cálculos presentados por Meirelles.