Las finanzas de la campaña de la fórmula que encabezó Rousseff en 2014 serán juzgadas a partir de la semana próxima en la justicia electoral y, si se comprobasen irregularidades, el triunfo en las urnas se anularía y con ello se pondría fin al mandato de Temer. En el caso de Rousseff, sería casi una “segunda destitución”, pues perdió el cargo por violaciones a las leyes de los presupuestos en un juicio político que concluyó en agosto, tras el cual Temer heredó el poder por su condición de vicepresidente. La acusación contra la fórmula Rousseff-Temer fue presentada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en 2015 y trata sobre supuestos hechos de corrupción y abuso económico en la campaña de 2014. Uno de los puntos sostiene que la campaña que llevó a Dilma a la reelección fue financiada en parte con recursos desviados de la vasta red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, lo cual fue ratificado en declaraciones que dieron a la justicia ex directivos del grupo Odebrecht. efe