Así sostiene el ex ministro de Hacienda Dionisio Borda en su análisis publicado en la revista de coyuntura Economía y Sociedad, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).
Añade que, por una parte, generalmente los organismos responsables de la inversión pública carecen de la capacidad para diseñar proyectos de mediano y largo plazo, rigurosos, elaborados con criterios técnicos de estándar internacional, con sus correspondientes evaluaciones económicas, financieras, sociales y medioambientales.
CAPACIDAD. Agrega que, por otra parte, las instituciones estatales adolecen de escasa capacidad de ejecución de proyectos financiados por los organismos multilaterales y bilaterales, a los que casi siempre terminan solicitando múltiples prórrogas para su conclusión.
Esta doble debilidad, frecuentemente mencionada por los organismos internacionales, no se puede cambiar de la noche a la mañana.
Borda añade que no se trata, entonces, de falta de recursos financieros, sino de la escasa capacidad para presentar proyectos, para utilizar plenamente la cartera prestable destinada al país y para cumplir con las condiciones de desembolso de los préstamos ya aprobados. Menciona además la dificultad para fiscalizar las obras, o la connivencia de los organismos responsables con las empresas constructoras, pues terminan aprobando obras de dudosa calidad. Afirma que en definitiva el problema es de gestión, control, integridad y trasparencia.
Expresa su preocupación, señalando que existe el riesgo de llevar al país a sucesivas emisiones de bonos soberanos en los próximos años con el pretexto de que el Paraguay tiene el coeficiente de deuda externa más bajo del continente, olvidando que también tiene la presión tributaria más baja de la región sin visos de mejora, una gran inequidad tributaria, una expandida economía informal y, ahora, un crónico déficit fiscal que limita su capacidad de pago.