En un principio los bomberos no tenían autorización de la Policía Nacional para ingresar a la zona del incendio y luego los propios manifestantes bloquearon el acceso, hasta que los dejaron avanzar para sofocar las llamas.
Cerca de las 19.00 la zona quedó liberada con el repentino retiro de los efectivos policiales luego de que las fotografías de manifestantes heridos con balines de goma recorrieran las redes sociales y el ministro del Interior, Tadeo Rojas, dijera que no había orden de reprimir.
Esto hizo que el edificio quedara bajo el control de los ciudadanos movilizados, quienes comenzaron a ingresar por la Casa de la Cultura y seguidamente por el acceso principal del Senado, a pedradas y empujones.
Llegaron a subir hasta la sala de sesiones ocasionando destrozos y con cánticos celebraron la toma, ostentando como trofeo la placa del senador Julio César Velázquez, autoproclamado presidente del Senado, en paralelo a Roberto Acevedo.