Los hombres armados irrumpieron en el restaurante de la zona diplomática de la capital de Bangladés a última hora del viernes y mataron a sus rehenes, en su mayoría no musulmanes.
Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque, advirtiendo en un comunicado a los ciudadanos de los “países de las cruzadas” que no estarán a salvo “mientras la aviación está matando musulmanes”.
No obstante, el ministro de Interior de Bangladés, Asaduzzaman Khan, dijo a Reuters que ni Estado Islámico ni Al Qaeda estuvieron involucrados y reiteró la línea argumental del Gobierno, que asegura que militantes locales son los responsables de la ola de asesinatos que sufre el país en los últimos 18 meses.