La ONU, al igual que varios organismos multilaterales, está cuestionada, sobre todo por el poder que ejerce Estados Unidos. Pero más allá de ese debate interminable, la visita del diplomático de Corea del Sur, que forjó su carrera llegando al alto cargo inspirado por una experiencia con el presidente John Kennedy, al que conoció en la secundaria, puso de resalto viejas deudas del poder con la gente.
EN EL PODER JUDICIAL. Ban Ki-moon repitió a la Corte Suprema el clamor paraguayo: una reforma que garantice la justicia para todos. La exasperante corrupción judicial ha cruzado las fronteras. Aunque lo haya dicho en tono diplomático y traducido con palabras edulcoradas, no es poco menos que la propia ONU, de la boca de su secretario general, les diga a los ministros autodeclarados inamovibles (tres de ellos en proceso de juicio político) que bajen del pedestal e impartan justicia.
PARLAMENTO. Aparte de pedirles que fortalezcan la democracia, y asegurar el respeto de los derechos humanos sin distinción de género, religión, etnicidad u orientación sexual (otro punto polémico), Ki-moon apuntó un tema que revela la poca importancia a una herramienta que puede bregar por los derechos humanos como la Defensoría del Pueblo, donde Manuel Páez Monges permanece a pesar de su mandato vencido desde 2008. El defensor del Pueblo dura 5 años en sus funciones y por falta de acuerdo y desidia parlamentaria, el colorado sigue en el cargo más allá de los gobiernos.
El caso es también una muestra del clientelismo político. La Constitución no habla de un vicedefensor, pero se creó el cargo ilegal para que el PLRA tenga otro cupo.
REFORESTACIÓN. La destrucción forestal del país es alarmante y algunos estudios señalan que tiene la deforestación más alta del planeta. En conversación privada con Cartes tocó el punto y parece que la respuesta oficial no convenció.
En todos los encuentros, mencionó la necesidad de fortalecer a las mujeres en la toma de decisiones en esferas económicas, políticas y en el Congreso.
También se reunió con la sociedad civil que le dio la versión del “otro Paraguay” y le puso al tanto sobre las violaciones de DDHH y el absoluto irrespeto a indígenas.
CONTRAPUNTO CON LA IGLESIA. La cúpula católica no desaprovechó la visita para quejarse de la ONU, a favor de la ley contra toda forma de discriminación que aquí se redujo al matrimonio gay. “Lastimosamente, varias recomendaciones de la ONU sobre derechos humanos para el Paraguay y otros países incluyen supuestos nuevos derechos como los proclamados por grupos radicales que están insertos en la organización y abogan en favor de la legalización del aborto, de la eutanasia y de las uniones homosexuales y de otros ‘géneros’, con posibilidad de adopción de hijos por parte de esas parejas”, decía la carta de la CEP.
LA POBREZA. Pero la polémica más picante fue la declaración sobre el combate a la pobreza. “Le di mis cálidos saludos al presidente Cartes por los impresionantes logros de Paraguay en la reducción de la pobreza, y por los pasos impresionantes que han tomado para cumplir con las metas del Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Más paraguayos tienen mejor acceso a la educación y a la salud, más familias tienen acceso al agua potable y a la sanitación”. Saltó la izquierda, que no supo aprovechar para señalar que esas cifras son parte de un proceso y que es el mayor capital político de Fernando Lugo, dejando torpemente todas las palmas para el actual gobierno.
Dijo lo que todos sabemos, pero este tirón de orejas del secretario de la ONU a los tres poderes sienta las bases para seguir reclamando.