CARACAS - VENEZUELA
La oposición venezolana otorgó una tregua de diez días al presidente Nicolás Maduro, en su apuesta por negociar un cambio de Gobierno mediante el diálogo, pese al riesgo de perder el respaldo de una población hastiada de la crisis que clama por salidas rápidas.
“En apenas unos días el mundo va a ver quién cumple y quién no. El 11 de noviembre volvemos a la mesa, y ese es el momento para evaluar si los supuestos gestos se produjeron”, advirtió ayer miércoles el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
Desconcertando a sus seguidores, la MUD suspendió el martes un juicio sobre la responsabilidad de Maduro en la crisis y una marcha al palacio presidencial de Miraflores, a la espera de gestos de reciprocidad en un diálogo iniciado el domingo con el auspicio del Vaticano y de Unasur. “Si de aquí al 11 no hay señal clara sobre la liberación de presos políticos y el camino electoral (...) se le dirá al país ‘señores hicimos todo lo que pudimos’” y acabará el diálogo, destacó el ex candidato presidencial Henrique Capriles.
¿Elecciones anticipadas? La oposición considera que un cambio de Gobierno es la única forma de resolver la crisis que golpea al país petrolero, con un grave desabastecimiento de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI prevé de 475% para este año. Pero hace dos semanas el poder electoral –acusado por la MUD de servir al Gobierno– suspendió el proceso de referendo revocatorio con el que la oposición pretende sacar a Maduro del poder, escalando el conflicto a tal punto que debió intervenir el papa Francisco.
En la mesa de diálogo, la oposición pidió un “cronograma electoral”, la libertad de “los presos políticos”, la devolución de los poderes al parlamento –de mayoría opositora–, el reemplazo de autoridades electorales, y medidas para solucionar la escasez.