De acuerdo con las autoridades de la banca matriz, el año pasado la entidad entregó más de 27 millones de unidades de G. 100 a los bancos de plaza y al público. De esta manera, el BCP deslinda responsabilidades y asienta que efectivamente existe suficiente stock del metálico a nivel de transacciones.
La institución brindó incluso un cuadro comparativo para explicar el incremento en la cantidad de monedas de las denominaciones G. 1.000, G. 500, G. 100 y G. 50, especificando que en enero de 2017 había en total 147.581.937 monedas de G. 100 (que son las más apetecidas en el transporte público), mientras que en la actualidad llegan a 174.872.938, con lo que se demuestra que no hay precisamente escasez.
A partir de la tarifa del pasaje incrementada a G. 2.200 en buses convencionales y a G. 3.600 en micros con aire, comenzaron los dramas con la falta de monedas. Desde el sector de usuarios el lamento no se dejó esperar, porque incluso la tendencia en las unidades era “redondear” el importe.
Mientras que el titular del Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam), César Ruiz Díaz, atinó a mencionar que los pasajeros son los que tienen que subir a los micros con el importe justo, justificando a las empresas de transporte que por algún motivo no tienen siempre la cantidad necesaria de monedas.