La ola de hechos de violencia renovaron la ira internacional y el presidente de Francia, François Hollande, dijo que está listo para realizar una cumbre con líderes regionales para coordinar la lucha contra Boko Haram.
La explosión de ayer en Potiskum, en el estado de Yobe, tuvo lugar después de un ataque el viernes en la capital del estado aledaño de Borno, incursiones mortales en tres poblados durante la semana y ataques suicidas con bomba junto a una carretera.
El presidente Muhammadu Buhari dijo que la matanza de hasta 150 residentes de Kukawa, cerca del lago Chad, el miércoles por militantes de Boko Haram era una “atrocidad inhumana”.
Varias personas que asistieron a funerales allí, incluyendo a un alto funcionario del Gobierno, dijeron que habían sido enterrados 147 cuerpos, incluyendo a 22 niños. Buhari prometió que aplastaría a Boko Haram cuando asumió su mandato el 29 de mayo. Pero los insurgentes han incrementado sus ataques, pese a perder grandes extensiones de territorio este año ante el avance de soldados de Nigeria, Camerún, Chad y Níger.
Un testigo, Garba Manu, contó cómo el kamikaze llegó a la iglesia a bordo de un rickshaw, vestido como los demás feligreses, y activó los explosivos en la entrada.
“Lo he visto caminar por la iglesia sin levantar sospechas. Cinco creyentes, tres mujeres y dos hombres, estaban en ella cuando entró y todos ellos murieron”, añadió.
“También se encontró el cuerpo desmembrado del kamikaze”, declaró Garba Manu, que vive en los alrededores. Por el momento el atentado no fue reivindicado, pero desde el lanzamiento de la insurrección islamista de Boko Haram hace 6 años, Potiskum ha sido blanco de varios atentados. Cientos de personas murieron en Nigeria esta semana en una ola de ataques. Reuters