28 mar. 2024

Asumir lo que se puede

Por Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

Al que presume mucho, los paraguayos solemos llamarlo výro chusco. Exagerado al punto del ridículo, generalmente promete más de lo que puede. Su capacidad de acción es limitada y busca normalmente llenarla de palabras lo que carece de gestión. Lo peor que le suele pasar es que cree que todos los demás le creen e insiste tanto en su acción que acaba terminando en convertirse en algo patético. Abundan en todas las organizaciones –sean estas públicas o privadas– y en los tiempos de la globalización, todos se enteran de todo... incluso de sus acciones.

Esta introducción viene a cuento luego de observar el material utilizado por el MOPC para atraer inversiones en España, que estuvo por un tiempo limitadísimo en Youtube hasta que tuvieron que bajarlo porque el contenido chocaba con la realidad no solo de dicha cartera de Estado, sino que colocaba al Ministerio de Hacienda y al Estado paraguayo en un rol absolutamente secundario.

El mensaje era “vengan al país que no cobra impuestos y donde pueden hacer lo que quieran”. El monto de las inversiones no habrá generado el mínimo cosquilleo en Florentino Pérez, el constructor español del metro de Nueva York y presidente del Real Madrid, entre otras cosas. Y estoy seguro, alguno de sus colaboradores habrá dicho: “Es demasiado para ser serio, o se habrán preguntado: ¿Qué gato encerrado existe en ese país para invertir ya nomás?”.

Nos vendría bien un baño de realismo.

En un país en serio, el Ministerio de Hacienda no dice que el MOPC solo lleva ejecutado el 30% de su presupuesto y este no responde diciendo que en realidad es del 70% si se descuentan los bonos y los créditos del Metrobús asignados a la cartera. Esto no se dice en países serios y la pelea entre ministros debe acabar con alguno de ellos.

Se demuestra que no hay equipo, no existe armonía y menos sentido de Nación seria, que proyecte al mundo una imagen de credibilidad.

Estas cosas se saben en el mundo, aunque parezca que sea solo de consumo privado y que digan después que “el Paraguay es el secreto mejor guardado de América Latina”, que como frase original coreana tuvo su sentido en la década de los sesenta del siglo pasado, pero que en los tiempos de internet resulta en un argumento que va en contra de un país.

Hoy, las naciones confiables para la inversión son abiertas, transparentes, colaborativas y originales.

Si a esto sumamos la lucha entre la Cancillería y la Secretaría del Ambiente (Seam), por la planta de uranio en nuestras narices, el cuadro de situación es todavía peor.

Hay falta de coordinación entre ministerios que si no fuera por el escándalo del Congreso, hoy trasladado a la Justicia, estos temas serían ahora más que visibles y preocupantes.

Deberíamos ser más comedidos, serios y responsables. Decirles a los inversionistas qué tipo de Estado tenemos, qué clase de gente somos y qué es lo que finalmente podemos hacer bien en tiempo y en forma.

En definitivas, ser más realistas porque esto finalmente es la única verdad que vivimos y proyectamos.

Ser menos výro chusco y más paraguayos, es un buen comienzo antes de que nos descubran el truco.

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